domingo, 27 de mayo de 2012

jueves, 24 de mayo de 2012

Devocional del Grupo de Jóvenes

¿QUE ELEGÍS HOY?
   La palabra de Dios siempre nos habla y nos desafía continuamente. Hoy Dios quiere decirte algo: “Os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición; escoge pues la vida, para que vivas tú y tu descendencia”. Deuteronomio 30:19
   Cuánta responsabilidad tiene este versículo. Cuántas cosas para pensar. Pero lo primero es que esto es una muestra de que Dios nunca, pero nunca, te va a obligar hacer nada, a decir nada ni a pensar nada que vos no quieras. Acá está claro que Él nos da esa libertad para que elijamos nuestro futuro, para que seamos nosotros quienes tomemos las decisiones.
   Cuando te pones a pensar en esto, parece más que obvio que todos eligen bendición y vida antes que muerte y maldición, pero lamento informarte que no siempre es así. Todos queremos lo mejor para nosotros pero ¿quién es el dador de vida? Dios. Bueno, entonces cuando nos alejamos de Dios, estamos eligiendo lo contrario a vida y bendición. Cuando nos dejamos guiar o llevar por las cosas del mundo, por esas cosas que aparentan ser de solución a problemas y después te das cuenta que no es así, ahí estás eligiendo otra vez la muerte y maldición. Cuando dejas dominarte por el pecado, estás eligiendo mal. Cuando dejas que tus pensamientos sean siempre negativos y no edificantes, estas eligiendo mal. Cuando dejas que tu boca hable cosas de maldición sobre tu vida y la de los demás, ahí estas eligiendo mal.
   Dios siempre quiere darnos lo mejor para nosotros, pero la clave es la libertad. Él te dio libertad para que vos sepas elegir y sepas tomar decisiones. Él es nuestro creador. Él quiere darte bendición y vida en abundancia pero depende de vos. El libre albedrío lo tenés vos, la última palabra la tenés vos.
   Tenemos un Dios lleno de bendiciones y está esperando que tomemos el camino correcto para darnos VIDA de verdad, para que podemos disfrutar de todas las bendiciones y para que podamos ser de bendición en otros. Hoy quiero que tomes unos cinco minutos para pensar y analizar tranquilo esto.
Ora conmigo:
   Mi amado Dios, gracias porque me das una nueva oportunidad de elegir qué camino tomar. Gracias porque en Ti encuentro perdón y puedo corregir las malas decisiones que tomé. Quiero hoy apostar y entregar todas mis ganas y mis fuerzas a la vida que vos me das y a todas las bendiciones que tenés para mi vida. Te pido que estés obrando en mí y que te estés moviendo para que pueda ser de bendición en la vida de muchos. Quiero que mis pensamientos, mi hacer, mi hablar, sean de bendición en otros. Gracias por tanto amor y misericordia. Te anhelo y te necesito, Señor. ¡Amén!

domingo, 20 de mayo de 2012

viernes, 18 de mayo de 2012

Devocional del Grupo de Mujeres


“Honra a tu padre y a tu madre, como Jehová tu Dios te ha mandado, para que sean prolongados tus días, y para que te vaya bien sobre la tierra que Jehová tu Dios te da”. (Deuteronomio 5:16)


HISTORIA DEL DÍA DE LA MADRE
   Anna Jarvis, a los 41 años, era muy apegada a su madre cuando ella murió en 1905 en Grafton, West Virginia. Junto con su hermana, Elisinore, sintió una gran pena por su pérdida. Entonces Anna se dio cuenta de que los hijos usualmente no demostraban el aprecio a sus madres mientras aún vivían y decidió hacer algo. Tenía la esperanza de que un Día de la Madre estimulara el respeto por los padres y fortaleciera los lazos familiares. Dos años después, en 1907, y con la ayuda de sus amistades, Anna comenzó una campaña por correo para tener el apoyo de ministros influyentes, hombres de negocios y congresistas para declarar oficialmente como festivo el Día de la Madre. Como resultado de sus esfuerzos el primer Día de la Madre fue reconocido en una ceremonia religiosa el 10 de mayo de 1908. Las flores favoritas de la señora Jarvis eran los claveles, que se utilizaron para adornar la ceremonia. Desde entonces los claveles rojos se convirtieron en el símbolo de las madres con vida, y los claveles blancos en el símbolo de las madres que ya partieron. Desde 1911, este día especial se celebra en muchos países tales como México, Canadá, China, Japón, Sudamérica y África, aunque en algunos lugares se conmemora en otras fechas. En diciembre de 1912, se creó la Asociación del Día Internacional de la Madre con el propósito de promover el reconocimiento internacional del Día de la Madre. Según los historiadores el antecedente remoto de esta celebración se dio en la antigua Grecia y Roma, hacia 250 A.C., con festivales dedicados a las respectivas madres de los dioses de cada mitología. En muchos lugares del mundo se sigue celebrando en el mes de mayo el Día de la Madre, tal como fue el original. Por eso hoy ofrecemos este pequeño homenaje a todas las madres del mundo.

   Que podamos ser ejemplo de amor, honrando a cada madre que conocemos, todos los días. ¡Qué el Señor bendiga a todas las madres!

domingo, 13 de mayo de 2012

sábado, 12 de mayo de 2012

Devocional del Grupo de Hombres


UN HOMBRE Y SU PATRIMONIO
  • "Me volví y vi debajo del sol, que ni es de los ligeros la carrera, ni la guerra de los fuertes, ni aun de los sabios el pan, ni de los prudentes las riquezas, ni de los elocuentes el favor; sino que tiempo y ocasión acontecen a todos." Eclesiastés 9
  • "Y dijo el rey, que trajese  muchachos en quienes no hubiese tacha alguna, de buen parecer, enseñados en toda sabiduría, sabios en ciencia y de buen entendimiento, e idóneos para estar en el palacio del rey. Y les señaló el rey ración para cada día, de la provisión de la comida del rey…  Y Daniel propuso en su corazón no contaminarse con la porción de la comida del rey." Daniel 1

   Si en sus tiempos se hubiera hablado del tercer mundo, él vivía en el cuarto, es decir que no tenía un país. Lo hacían trabajar sin pagarle, le pusieron trampas mortales, lo acosaron por envidia y sin embargo triunfó, por lo que llevaba dentro, por los valores de su mente y los ideales de su alma. Y su triunfo salvó muchas vidas e inspiró mucha fe.

   Ni inteligencia matemática, ni talento artístico, ni nobleza de alma. Audacia y ambición sin límites fueron el origen de su riqueza, la mayor del mundo en la época en que vivió. Contabilizó una gran fortuna, ningún amigo y una única hija sola y desdichada.

   Entre estos dos casos, el Daniel bíblico y el Onassis naviero, estamos todos los demás, la mayoría de la gente. Enseñados a creer en lo que vemos, tentados por todo lo que se puede comprar, alentados a vivir para el placer, urgidos por alcanzarlo todo ya. Y a la vez inquietos por esa voz interior que nos llama a reconocer cuál es la dotación de talentos que Dios nos ha dado y cuál es el área de esta vida donde podemos invertirlos provechosamente.
   Los dos personajes tuvieron “tiempo y ocasión” en su vida. Los dos personajes fueron singulares porque decidieron no hacer lo mismo que la mayoría de la gente. Los dos coincidirían en esta máxima: “El secreto de un negocio es que sepas algo que nadie más sabe." Onassis sabía más que nadie de astucia comercial. Daniel sabía mejor que nadie acerca de usar los talentos que Dios le había dado.

   Solo uno de ellos creyó. Creyó que Dios sabe más que un hombre. Creyó que Dios tiene sus ojos abiertos sobre nosotros. Creyó que la fuerza y la alegría no están ni en la comida ni en el vino. Y el mundo tuvo que abrirle paso a un humilde prisionero extranjero y a su gente.

   Como Daniel, también David Livingstone en África. Como Daniel, Jean Henri Dunant, fundador de la Cruz Roja. Como Daniel, el padre Nicolás Mascardi que dio nombre al hermoso lago patagónico. Como Daniel, Martin Luther King. Como Daniel, Jorge Müller de Prusia, el padre Carlos Mugica de Retiro, William Morris, don Jorge de París, don Luis Sartori y cada cristiano que se atreve a confiarle a Dios su mente, sus manos, su casa, su familia.

domingo, 6 de mayo de 2012

sábado, 5 de mayo de 2012

Devocional del Grupo de Oración e Intercesión


   El Grupo de Oración ha comenzado a reunirse todos los lunes a las 18:15 horas, en las instalaciones de la iglesia, siguiendo las costumbres wesleyanas (al igual que los Grupos de Hogar).
   En el avivamiento de los hermanos Wesley, en el siglo dieciocho, la iglesia renovada estaba formada por pequeños grupos donde las personas semanalmente compartían la Palabra, oraban unos por otros y compartían sus derrotas y victorias. Hoy estamos empezando a recuperar estos espacios tan necesarios para que una persona pueda pasar de ser víctima a ser una persona restaurada, de la derrota en la vida a la victoria en Jesucristo. En los pequeños grupos de es más fácil tomar en cuenta las necesidades de cada persona.
   También en los Cultos de la iglesia que se lo propone se puede dar lugar a la expresión del amor y el consuelo de Dios; la iglesia que ayuda a sanar es una iglesia que regresa la gente al mundo, preparada para servir a otros.
   Cuando una familia está pasando por una situación de mucha aflicción, aun la más sana de las familias necesita ser consolada. Sus miembros necesitan abrirse y ser recibidos por otros brazos que los contengan hasta que el dolor pase. Esos otros brazos son los brazos de una iglesia que tiene que tener lugar para recibir a todos sin discriminar a nadie por su situación social, económica, racial o afectiva.
   En una iglesia donde se vive el amor de Dios en forma práctica, se cumple la promesa de Jesús: "Pero el Consolador, el Espírito Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho" (Juan 14:26).
   Esto es lo que necesitamos en tiempos de dolor: que el Espíritu Santo nos cubra con su poder para consolarnos, que nos dé paz. Para esto necesitamos poder volvernos como niños y aceptar su cuidado. El Espíritu Santo es nuestro Consolador en todo momento y en toda circunstancia. El Señor nos dice en su Palabra que él secará nuestras lágrimas.
   Lo hará a través de quienes nos acompañan en el dolor y también usará nuestros brazos para recibir a otros cuando sufren. Hay una canción cuyo coro dice:
Mi socorro has sido tú
Y en las sombras de tus alas
Yo me gozaré.
Mi alma está apegada a ti
Porque tu diestra me ha sostenido
¡Oh, tu diestra me ha sostenido!

   Todas/os están invitados a participar, orando por nuestros hermanos y por nuestro prójimo, por todos los que necesitan consolación.