viernes, 19 de agosto de 2011

Devocional Grupo de Hombres


La tele, el cine, los videojuegos, la publicidad, las jugueterías, las librerías, las tiendas de ropa para niños, todos, TODOS, están haciendo la tarea de educar a los niños en la filosofía del presente siglo. ¿Y nosotros?

En Deuteronomio capítulo 6.5 se nos manda amar a Dios de todo corazón, en Deuteronomio 6.6 vemos que no es algo para tomar a la ligera, y en 6.7 dice “y las repetirás a tus hijos”. ¿Será ésta una tarea para nosotros hoy?

Los hijos, nietos, sobrinos, hermanitos, en fin, los niños que tenemos cerca, “esos locos bajitos”, como decía una canción popular, pueden recibir de nosotros una de tres: indiferencia, más de lo mismo o una atención principal como la que les otorgó Jesús.

“Dejad a los niños que vengan a mí y no se lo impidáis…” Cuando les organizamos la semana con escuela, inglés, gimnasia, etc. no les impidamos recibir su clase de Escuela Dominical. Cuando elijamos juguetes para regalarles, no les impidamos tener algún juego bíblico. ¡Y que lo jueguen con nosotros! Cuando veamos que están en la edad de la memorización (dicen que es a los 11 o 12 años), no les impidamos recibir estímulos para aprender algunos famosos capítulos de la Biblia.

Hay algo que es seguro: “…cuando el niño llegue a viejo, no se apartará”. Sembremos en los niños bendición que alcanzará hasta las próximas generaciones.

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