sábado, 8 de diciembre de 2012

Devocional del Grupo de Mujeres


TU VIDA ES UN CARRERA AL SOL

   Nacidos para correr la carrera
Nos ha sido dada la vida. Enorme regalo. Un bebé, a las pocas horas de nacido, es capaz de responder a estímulos afectivos con una inteligencia que lo distingue de un gatito o de un perrito. Un bebé de pocos meses es capaz de sonreír y de interactuar, usando sus manitos para dar y recibir. Cuerpo, alma y espíritu participan desde antes del alumbramiento, animando la vida de todo nuevo ser. La belleza incomparable de la piel del niño se debe, como sabemos, al efecto cosmetológico de la placenta y luego, a la potencia con que se renuevan las células en tan temprana edad. ¿Qué decíamos? Que nos ha sido dada la vida. Y nos ha sido dada la inteligencia para seleccionar alimento material y espiritual que producirá en nosotros belleza y vigor para correr la carrera.

   El tiempo cuenta
Sí, la vida es una carrera y el tiempo cuenta. No sabemos bien de cuántas horas disponemos. Tenemos estadísticas que señalan por ejemplo que la expectativa de vida se ha extendido gracias a la ciencia, a la tecnología, a la educación. Pero otros factores inciden en contra. Por ejemplo, el estrés, los accidentes de tránsito, el aumento en el consumo de alcohol, grasas, tabaco, etc. En fin, la persona prudente usa muy bien su presente, toma prevenciones y proyecta su futuro cercano, porque sabe que el tiempo cuenta.

   La meta cuenta
El  poeta Antonio Machado dice que “no hay camino, se hace camino al andar”. Ciertamente, se hace camino al andar sólo cuando se apunta a una meta. Sin meta por delante somos “como velas en el viento” en palabras de Elton John. Como velas inmóviles que se dejan estar, que se dejan consumir, sin llegar a ninguna parte.

   Por la vereda del sol
Un material moderno llamado “Blackout” se utiliza para confeccionar cortinas. Aún siendo este material muy leve, tiene la propiedad de aislar completamente de la luz exterior. Satanás es un gran distribuidor de blackout espiritual y ha enceguecido el entendimiento de muchos. Basta con que abramos un pequeño orificio en el Blackout para que el sol penetre. Está en nosotros. Está en nosotros abrirle a Dios una pequeña abertura para que Su amor y Su paz inunden nuestra existencia como el sol. Dios no se impone en el alma. Él espera una invitación. Si queremos, podemos correr la carrera de nuestra vida en penumbra o en oscuridad. O bien, podemos correr por la vereda del sol, ante los ojos de Dios, al abrigo de Dios, con la energía de Dios, en la omnisciencia de Dios.

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