Volver al
primer amor
Como matrimonio
consagrado a Dios, podemos decir que nos amamos y queremos seguir creciendo en
esta relación de fe, de amor y de amistad. La vida en pareja requiere de sentimientos,
pero no solo eso, sino mucho más.
Es en la vida
diaria donde toma significado profundo y real el hecho de dar todo por el otro
y de entender que la otra persona también hace sacrificios por uno.
En esta relación
de dar y recibir, como pareja debemos tener bien en claro que Dios nos pide que
tratemos al otro con respeto, con amor, si queremos que nuestra vida juntos
crezca y no junte reproches ni lamentos. Debemos recordar y volver al primer
amor con urgencia.
¿Por qué esto de volver al primer amor?
Ocurre que
cuando estamos de novios estamos desbordantes de amor, de un fresco
enamoramiento y eso fluye en todo lo que hacemos, y cómo lo hacemos para
nuestra pareja: prestamos atención a cada detalle para hacer sentir al otro
querido, amado, importante. Pero todo
esto parece ser olvidado cuando nos casamos, en el día a día… La rutina gana y
no el amor… Tratamos al otro con desgano, saludamos sin pasión, nos burlamos de
él o ella delante de algún amigo, volcamos nuestras broncas en esa persona que
amamos… y podríamos seguir... Pero hay solo una cura para combatir esto y es
buscar ese primer amor que sentimos por ella/él al conocerlo, al ponernos de
novios… Busquemos demostrar al mundo que estamos orgullosos de tener la persona
que tenemos al lado, no destaquemos sus errores o tropiezos sino que acentuemos
sus virtudes, sus bondades, hagámosla sentirse importante para nosotros.
Respecto a esto,
la Biblia dice que Cristo tiene con su iglesia una relación muy íntima, como el
matrimonio. Dios quiere que su iglesia busque de Él todos los días, le adore
con todo el corazón, esté tan orgullosa de Él y así pueda contarle al mundo
entero de las buenas nuevas, que los demás vean que su iglesia ama al Señor con
sinceridad. Dios quiere que recordemos ese día que nos “pusimos de novios con
Él”; ese día que le entregamos nuestra vida para volver a ese primer amor.
Quiere que todos los días oremos, hablemos bien de Él, alabemos su nombre… Los
invitamos a enamorarse nuevamente del Señor, a ser novios apasionados..
“Porque
nadie aborreció jamás a su propia carne, sino que la sustenta y la cuida, como
también Cristo a la iglesia”
Efesios 5:29
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