sábado, 29 de septiembre de 2012

Devocional de la Escuela Dominical


“EL OJO MISERICORDIOSO SERÁ BENDITO”
Proverbios 22:9

          Desde hace un tiempo, en que descubrí este pasaje, es mi oración que Dios me dé,  ojos y mirada misericordiosa. No una mirada que juzgue, que intimide, que condene, sino que ame, que profetice en bendición, que corrija con suavidad. Pensando esto para los niños, anhelo que ellos sientan que yo, como una de sus maestras, como mamá o como adulto dentro de la iglesia, los miro con OJOS MISERICORDIOSOS. Que puedan sentir que los miramos como Dios los mira, como personas súper amadas  y valiosas, resaltando todo lo bueno y especial que puso en cada uno de ellos y perdonando sus faltas.
         Disfruto muchísimo verlos entre los bancos buscando los caramelos que algunos se ocupan en traerles todos los domingos  y el murmullo para organizar cómo repartirlos. Tal vez con el tiempo no recuerden algunas de las clases que recibieron, pero dudo que olviden la dulzura expresada en golosinas.
          Para encontrar un pasaje bíblico comentan, preguntan, recurren al índice, se ayudan o compiten entre ellos, y aceptan gustosos la ayuda de quien esté cerca. Verlos con los ojos de Dios en esos momentos, es ver a maestros, predicadores, siervos formándose en su palabra.
        También mostramos oídos misericordiosos, disfrutando de  su ritmo a través de redoblantes, panderos, panderetas acompañando la música. Tal vez no todos sean músicos en el futuro, pero con los ojos de Dios vemos adoradores en su templo.
        La libertad y cancha al usar los micrófonos y su alegría al expresarse, son motivo de mucho gozo para nosotros. Creo que el domingo pasado vivimos una fiesta al ver a los niños de ayer convertidos en los jóvenes y adultos de nuestro presente.
        Creo que Dios va a bendecir nuestros ojos como congregación si hoy miramos con la mirada de Dios, no sólo a los niños, sino a  cada persona que ingrese, viéndola con el amor del Señor, plena y feliz en su camino. Y nos va a permitir ver su templo repleto de hijos adorándole y sirviéndole.
        Una mirada misericordiosa mira primero la hoja completa y después se ocupa de la pequeña mancha. Si primero miramos y buscamos toda imperfección y luego, tal vez,  la hoja completa, oremos URGENTE pidiendo a Dios nos dé OJOS MISERICORDIOSOS.

1 comentario:

Noemi dijo...

les visito desde mi blog www.creeenjesusyserassalvo.blogspot.com