viernes, 30 de marzo de 2012

Devocional del Grupo de Mujeres


(Extraído del taller dado por Gabriela Block)

   Génesis: 1:1-2“En el principio creó Dios los cielos y la tierra. Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas”.
   En un principio así estaba la tierra, confusa, desolada, estéril.
A veces, hay áreas de nuestro corazón, de nuestros sentimientos, de nuestros vínculos que están así; y el Espíritu de Dios se está moviendo para generar vida, sanarnos interiormente, ordenando…
   Y en ese Edén que Dios creó, también puso a Eva: prototipo de belleza, de ternura, de compasión, y todo iba bien hasta que se produjo la caída en el pecado, donde Eva fue parte.
   ¿Cómo se habrá sentido Eva, pensando que había arruinado todo? Pero cuando tuvo a Caín, creyó que había encontrado la salvación de su vida, y más aún cuando nació su segundo hijo, Abel.
   Pero todos sabemos la historia del Génesis. Ocurrió la tragedia, y ella ¿cómo pudo sentirse? Frustrada por haber concebido a un asesino y perdido a su amado hijo.
   En todo nuestro paso por la vida, tenemos situaciones de tipo Caín: malas relaciones, enojos, duelos, amarguras, resentimientos…También hemos perdido cosas en ese camino: no solo seres queridos. Hemos perdido juventud, trabajos, cosas materiales, sueños…
   Para poder seguir hay que DEJAR IR EL PASADO! , ponerle un cierre. El consuelo viene de Dios, cuando tomamos esa decisión.
   ¡Hay que enterrar a Abel! ¡Decirle adiós a Caín! Es importante tratar con tus pérdidas y desilusiones  para recibir la bendición que Él quiere darte. Hay que dejar el pasado, soltar el ayer y aceptar el presente.
   No se abre el corazón para una nueva situación si no se deja ir el pasado. En todas las áreas, hay que sacar lo viejo para dejar entrar lo nuevo. Solemos guardar cosas significativas del ayer, pero no podemos guardar el dolor, es necesario proyectarse al futuro y dejarnos consolar para poder avanzar.
   Dios tiene un motivo para que vivas, algo para que hagas, algo para que digas, puede que: 
_ perdiste tu Edén
                        _ enterraste a Abel
                        _ perdiste a Caín… pero Dios tiene algo para ti…
¡NO ESTÁS MUERTA!, entonces ¡VIVE!!! VIVE!!!
   Pensemos cómo se sentía Eva cuando pasó todo esto, se culpaba, quizás sentía el reproche del esposo, podría ya no querer seguir. Como nos puede pasar a nosotras; pero si estamos vivas: hay que vivir.
   Si Eva hubiera escuchado al enemigo y creído sus mentiras (estás cayendo, tu vida va de un fracaso a otro, todo te sale mal, sos una frustrada) ¿En qué habría terminado?
   Dios sabía que Eva era responsable del deterioro humano, y aún así tiene un proyecto para ella. ¡Otro bebé! Así nació Set y él tuvo un hijo: Enós y a partir de esa descendencia se empezó a invocar a Dios y ¡Eva vivió para verlo! Eva vio cómo sus descendientes honraron al Dios del cielo.
   Jesús nos dice como al paralítico: Levántate y anda. Es decir, tomen su historia y póngase a caminar. Lloren si tienen que llorar, pero sigan adelante. No se queden en el fracaso, hagan algo con ello. No le vivan, ni le actúen la vida al enemigo, vivan y actúen la palabra de Dios.
   Hay que declarar la palabra de Dios, leer lo que edifica para que cuando venga el dolor, tengamos herramientas.
   Del Salmo 27:13: Si no creyere en Dios, hubiera ya desmayado; pero yo sé que veré el bien.
   Hay que ser valiente, creer, confiar. La mujer es la puerta a la vida. Debemos aceptar nuestra responsabilidad; hay muchas cosas que no podemos controlar, pero tenemos actitudes para hacernos cargo de nuestra vida. Y pasemos por lo que pasemos, Dios sana nuestras heridas. La amargura y el no perdonarnos se asientan en lo profundo de nuestro corazón; son “cadenas” que nos mantienen cautivas a las heridas. Pidámosle a Jesús que nos sane, aceptemos su tierno amor ¡hay esperanzas!
   Dios tiene una agenda, una semilla para cada una de nosotras, que tenemos que hacer crecer y ser de bendición. En el calendario de Dios está tu nombre. Tienes una tarea para concluir.
   El Señor resucitado fue delante de los caminantes de Emaús. El Señor va delante nuestro. No sabemos qué nos depara el 2012, pero Jesús va delante guiando nuestro camino.

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