viernes, 21 de octubre de 2011

Devocional del Grupo de Oración e Intercesión

Los evangelios mencionan muchas oportunidades en las que Jesús oró, y en cada una de ellas sucedieron acontecimientos de poder, milagros y maravillas.
Cuando Jesús inició su ministerio público, nos dicen: "Aconteció que cuando todo el pueblo se bautizaba, también Jesús fue bautizado; y ORANDO, el cielo se abrió con gran estruendo y se oyó la voz del Padre: "Tú eres mi hijo amado, en ti tengo complacencia". Lucas 3:21-22
Cuando Jesús concretó su obra de salvación en la cruz, lo dijo como empezó, ORANDO: "y Jesús decía: perdónalos, porque no saben lo que hacen". Lucas 23:34. Jesús nos revela el propósito de Dios: El amor a través del perdón. Jesús comienza y termina su ministerio en oración. Nuestra vida debe ser a imagen de Jesús, por tanto, orar es nuestro trabajo diario.
Comienza y termina tu día orando para que oigas a nuestro Padre diciéndote:
"Tú eres mi hijo amado de quien estoy feliz"... Y su amor y perdón vendrán sobre ti.
Que lo primero y lo último que hagas cada día sea orar a Dios, que seas una persona de oración, que seamos una iglesia de oración intercesora para que nuestro barrio, nuestra ciudad, nuestro país y el mundo sean transformados por el poder de la oración.
"Estén siempre alegres, OREN SIN CESAR, den gracias a Dios en toda situación, porque ésta es SU voluntad para ustedes en Cristo Jesús". 1ra Tesalonicenses 5:16-18.

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