viernes, 27 de enero de 2012

Devocional del Grupo de Oración de Intercesión


"...ORA A TU PADRE..." Mt. 6:6

Las malezas cubren los senderos donde no se transita. La oración es el sendero por el que nos comunicamos con Dios. Como seguidores de Jesús, debemos mantener ese sendero abierto.

No hay mejor modelo de oración que Jesús: "Levantándose muy de mañana, siendo aún muy oscuro, salió y se fue a un lugar desierto, y allí oraba" Mr 1:35. "Mas Él se apartaba a lugares desiertos y oraba" Lc 5:16. "Y después que los hubo despedido, se fue al monte a orar" Mr 6:46. "En aquellos días, Él fue al monte a orar, y pasó la noche orando a Dios" Lc 6:12. Jesús no permitía que su horario ocupado lo alejara de la oración. Se levantaba muy temprano o se quedaba levantado toda la noche para orar.

Martín Lutero decía: "Si pierdo mis dos horas de oración cada mañana, el diablo me quita el resto del día. Tengo tanto que hacer que no puedo permitirme pasar sin tres horas diarias de oración". John Wesley, que pasaba dos horas diarias en oración, decía: "Dios no hace nada si no es en respuesta a la oración".

Como discípulos de Jesús, oremos tal como Él acostumbraba a hacerlo. "...Estaban todos unánimes juntos..." Hch 2:1. Cada cristiano necesita encontrarse regularmente con otros cristianos para orar, y cada iglesia necesita de una reunión de oración. Eso era lo que la iglesia primitiva hacía, y era bastante efectivo: "...y de repente vino del cielo un estruendo... y se les aparecieron lenguas repartidas como de fuego... y fueron todos llenos del Espíritu Santo..." Hch 2:2-4. Veremos tal poder si vemos tal orar. Si queremos ver el poder, Dios necesita ver las oraciones. A menos que ores con fe pidiendo milagros, nunca verás ninguno.

Una de las dimensiones de la oración es la de pedir. La otra es la dimensión de dar gracias. Necesitamos darle gracias a Dios por el que Él hace: gracias por tu cuerpo, por tu familia, por tus amigos, por tus posesiones, por tu país, por tus talentos y habilidades, por Jesús muerto en la cruz por tus pecados. Necesitamos darle gracias a Dios por dejarnos experimentar personalmente sus cualidades: amor, perdón, paciencia, santidad, sabiduría, poder, salud y vida, fidelidad, eternidad, verdad, bondad, justicia. Toda nuestra vida está designada para servir de una expresión de "Gracias " a Dios.

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