domingo, 30 de junio de 2013
El Dios que se revela
El conocimiento que tenemos de Dios es un regalo de lo alto y cada revelación debe ser atesorada.
Unos dicen que es Juan el Bautista, otros que Elías, y otros que Jeremías o uno de los profetas.
Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?
Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente afirmó Simón Pedro.
Dichoso tú, Simón, hijo de Jonás le dijo Jesús, porque eso no te lo reveló ningún mortal, sino mi Padre que está en el cielo.” (Mateo 16:13-17)
Luego de escuchar la declaración de Pedro ante la pregunta de su identidad, Jesús exclamó: «Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos».
No cabe duda de que este momento posee profundo significado espiritual, aunque seguramente Pedro no percibía por completo la dimensión de sus palabras. No obstante, la respuesta de Cristo revela que el Señor consideraba que el conocimiento que el humilde pescador de Galilea poseía acerca de Su identidad constituía la base sobre la cual se construye una sólida experiencia espiritual. Por esto, Jesús no dudó en señalar que era un hombre bienaventurado. No cabe duda de que hemos sido llamados a estudiar con diligencia las Escrituras, a escudriñar con cuidado sus verdades. La palabra «bienaventurado», como se señaló en las reflexiones sobre el Sermón del Monte, indica un estado mucho más pleno que la felicidad. Es la condición resultante del favor especial de Dios sobre la vida, la consecuencia de un acto de gracia que le ha dado a un persona acceso a tesoros que no podría alcanzar por iniciativa propia. Decir que alguien es bienaventurado no solamente implica que la bondad de lo alto ha sido derramada sobe su vida, sino que se anticipa a las consecuencias futuras de esa bendición. Este aspecto es el que el Mesías resalta especialmente, pues en la declaración que sigue a esta confesión describe las consecuencias que tendrá esta revelación sobre la vida de Pedro.
El segundo elemento que resalta Jesús de la declaración de Pedro es la naturaleza de su origen. Cristo inmediatamente aclara que él no ha arribado a esta conclusión como consecuencia de una cuidadosa deducción de los hechos, ni por un elaborado proceso de lógica. Esta clase de información, señala el Hijo de Dios, solamente puede ser obtenida mediante un acto de revelación del Padre. Si el Señor no escoge dar a conocer su identidad, las personas no podrían acceder a ella, aun cuando fueran poseedoras de las condiciones más privilegiadas para lograrlo.
Reparar en esta verdad es fundamental para nosotros, porque muchas veces vivimos bajo la convicción de que si ponemos suficiente empeño y disciplina en el estudio de la Palabra, conseguiremos acceder a los conceptos más misteriosos de la persona de Dios. No cabe duda de que hemos sido llamados a estudiar con diligencia las Escrituras, a escudriñar con cuidado sus verdades. No obstante, cuando el conocimiento de Dios es el resultado exclusivo del ejercicio de nuestras facultades intelectuales, producirá en nosotros una acumulación de datos que no afectan ni enriquecen nuestra relación personal con él. El estudio es importante, pero debe siempre ir acompañado de un corazón humilde que espera atentamente las revelaciones que vienen de lo alto.
La revelación que recibió Pedro se relaciona primordialmente con la esfera espiritual de su vida y por eso las consecuencias está en su relación con Dios son tan dramáticas. Este conocimiento es un regalo de lo alto y cada revelación debe ser atesorada como un milagro del Dios que escoge mostrarse a seres tan pequeños como nosotros.
martes, 25 de junio de 2013
Campa Liga 2013
Compartimos con ustedes fotos del campamento de la Liga de Menores de nuestro iglesia que se llevo a cabo el pasado fin de semana (20,21 y 22 de junio) en Pueblo Esther para niños de 6 a 13 años.
El tema del campamento fue "VOCEROS DEL REY" con el versículo lema de Josué 1:9 "Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas".
Para mas información acerca de la Liga de Menores les compartimos su facebook: https://www.facebook.com/liga.arroyito
El tema del campamento fue "VOCEROS DEL REY" con el versículo lema de Josué 1:9 "Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas".
lunes, 24 de junio de 2013
Semblanza a nuestro hermano Tony
Hay hombres con dolor que supieron cambiar su vida.
Hay hombres sin sentido que encontraron su camino.
Hay hombres que transformaron el grito y el desazón en oración y sumisión.
Hay hombres que dejaron la amargura y el rencor para llenarse de fe y perdón.
Hay hombres como vos, Tony, que en Cristo encontraron la razón; en Dios, la vida y en el Espíritu, la guía.
Hay hombres como vos, Tony, que se adelantaron al Resucitado y comparten la alegría con el corazón avivado.
Hay hombres como vos, Tony, que nos enseñaron que la perseverancia nace de la paciencia, que la oración es un don y que Jesús es el camino a la verdadera vida.
Hay hombres como vos, Tony, que muestran al Jesús amigo y al Cristo resucitado llenando los corazones de los necesitados.
Hay hombres sin sentido que encontraron su camino.
Hay hombres que transformaron el grito y el desazón en oración y sumisión.
Hay hombres que dejaron la amargura y el rencor para llenarse de fe y perdón.
Hay hombres como vos, Tony, que en Cristo encontraron la razón; en Dios, la vida y en el Espíritu, la guía.
Hay hombres como vos, Tony, que se adelantaron al Resucitado y comparten la alegría con el corazón avivado.
Hay hombres como vos, Tony, que nos enseñaron que la perseverancia nace de la paciencia, que la oración es un don y que Jesús es el camino a la verdadera vida.
Hay hombres como vos, Tony, que muestran al Jesús amigo y al Cristo resucitado llenando los corazones de los necesitados.
“Y cuando a tu mansión me llames ya,
Estrellas, luna y sol voy dejando atrás.
Volando alegre iré y siempre te cantaré:
¡Más cerca, Dios de ti! ¡Más cerca sí!”
“Y cuando se aproxime el fin, y llegue el tiempo de partir,
No abrigo dudas ni temor, pues me conduce el buen Pastor.
Me guía Él, me guía Él, con cuanto amor me guía Él,
no abrigo dudas ni temor pues me conduce el buen Pastor.”
lunes, 17 de junio de 2013
Dia del Padre
Compartimos fotos de los festejos que realizamos en la iglesia con motivo del Dia del Padre el domingo 16 de Junio del 2013 en nuestra Iglesia.
Alli podran ver a los chicos haciendo distintos actos en los cuales han homenajeado a sus padres en su día!
Dios guíe, acompañé y bendiga a cada uno de los padres!!!
Alli podran ver a los chicos haciendo distintos actos en los cuales han homenajeado a sus padres en su día!
Dios guíe, acompañé y bendiga a cada uno de los padres!!!
¡¡¡FELIZ DÍA!!!
¿Cómo enseñar valores a los hijos?
¿Qué valores enseñar?
El valor de la amistad, de la solidaridad, del estudio, de la responsabilidad financiera, de la administración del tiempo y el valor de la familia. Siéntese con sus hijos y deje que ellos hablen de sus valores, de aquello que aprecian mucho en la vida. Es importante realizar una revisión periódica para ayudarlos a elaborar valores sanos.
Un escrito anónimo se titula: Carta de un niño a todos los padres del mundo. Contiene frases impactantes, como esta: «No me des todo lo que pido, a veces solo pido para ver hasta dónde llegar». Fomente en ellos el deseo, y, aún más, el deseo intenso. Si da con rapidez todo lo que le piden, perderán el gusto por la vida. Si aprenden a valorar las cosas, aprenderán a apreciar lo que poseen.
La carta sigue así:
• No me grites, te respeto menos cuando lo haces. Además, también me enseñas a gritar, y no quiero hacerlo.
• No me des siempre órdenes. Si en vez de ordenar me pides las cosas, las haré más rápido y con más gusto.
• Cumple las promesas que me haces, sean buenas o malas. No me compares con nadie, especialmente con mis hermanos. Si me haces lucir mejor que los demás, alguien va a sufrir, y si me haces lucir peor, seré yo quien sufra. No cambies de opinión tan a menudo sobre lo que debes hacer; decide y mantente firme en esa decisión. Déjame valerme por mí mismo. Si tú haces todo por mí, yo nunca podré aprender cómo se hacen las cosas. No digas mentiras delante de mí, ni me pidas que las diga por ti. Aunque sea para sacarte de un aprieto, me hace sentir mal y perder la fe en lo que dices.
• Cuando hago algo malo, no me exijas que te diga por qué lo hice; a veces ni yo mismo lo sé.
• Trátame con la misma amabilidad y cortesía con que tratas a tus amigos. El que sea tu hijo no quiere decir que no podamos ser amigos, ni que goces del derecho de tratarme con brusquedad.
• No me exijas que haga lo que tú haces. Siempre haré lo que tú haces aunque no me lo pidas; pero nunca haré lo que tú me pidas si tú no lo haces. Cuando te cuente un problema no me digas: «no tengo tiempo para tonterías o eso no tiene importancia». Trata de comprenderme y ayúdame.
• Quiéreme y dímelo. Me gusta oírlo cuando me lo dices, aunque no creas necesario repetirlo.
• Enséñame a amar a Dios y a conocerlo. No importa si en el colegio me enseñan. De nada vale si veo que tú ni conoces ni amas a Dios.
Sembrar lo eterno
Todo sería un simple esfuerzo humano si no sembramos a Dios en el corazón de los hijos. Él es el fundamento que nos mantiene firmes. Él nos ayuda en el momento de debilidad. Es el brazo fuerte que nos sostiene cuando se nos agotan las fuerzas. Dios es la estrella del norte que marca la dirección correcta.
Sobre todas las cosas, debemos anhelar que Dios se revele en el corazón de nuestros hijos. Para que ellos lo conozcan es necesario que nosotros lo conozcamos primero. Dentro de cincuenta años no importará la clase de auto que conducía, la casa en la que vivía o la ropa que vestía. Es probable, sin embargo, que el mundo sea un poco mejor porque usted era importante en la vida de un niño o de una niña.
Nuestros hijos anhelan padres que marquen sus vidas. Pido a Dios que nos ayude a sembrar en el corazón de nuestros hijos recuerdos que los guíen a elegir sus propios valores y, a la vez, a escoger el estilo de vida de sus padres para, eventualmente, convertirlo en el de ellos.
El valor de la amistad, de la solidaridad, del estudio, de la responsabilidad financiera, de la administración del tiempo y el valor de la familia. Siéntese con sus hijos y deje que ellos hablen de sus valores, de aquello que aprecian mucho en la vida. Es importante realizar una revisión periódica para ayudarlos a elaborar valores sanos.
Un escrito anónimo se titula: Carta de un niño a todos los padres del mundo. Contiene frases impactantes, como esta: «No me des todo lo que pido, a veces solo pido para ver hasta dónde llegar». Fomente en ellos el deseo, y, aún más, el deseo intenso. Si da con rapidez todo lo que le piden, perderán el gusto por la vida. Si aprenden a valorar las cosas, aprenderán a apreciar lo que poseen.
La carta sigue así:
• No me grites, te respeto menos cuando lo haces. Además, también me enseñas a gritar, y no quiero hacerlo.
• No me des siempre órdenes. Si en vez de ordenar me pides las cosas, las haré más rápido y con más gusto.
• Cumple las promesas que me haces, sean buenas o malas. No me compares con nadie, especialmente con mis hermanos. Si me haces lucir mejor que los demás, alguien va a sufrir, y si me haces lucir peor, seré yo quien sufra. No cambies de opinión tan a menudo sobre lo que debes hacer; decide y mantente firme en esa decisión. Déjame valerme por mí mismo. Si tú haces todo por mí, yo nunca podré aprender cómo se hacen las cosas. No digas mentiras delante de mí, ni me pidas que las diga por ti. Aunque sea para sacarte de un aprieto, me hace sentir mal y perder la fe en lo que dices.
• Cuando hago algo malo, no me exijas que te diga por qué lo hice; a veces ni yo mismo lo sé.
• Trátame con la misma amabilidad y cortesía con que tratas a tus amigos. El que sea tu hijo no quiere decir que no podamos ser amigos, ni que goces del derecho de tratarme con brusquedad.
• No me exijas que haga lo que tú haces. Siempre haré lo que tú haces aunque no me lo pidas; pero nunca haré lo que tú me pidas si tú no lo haces. Cuando te cuente un problema no me digas: «no tengo tiempo para tonterías o eso no tiene importancia». Trata de comprenderme y ayúdame.
• Quiéreme y dímelo. Me gusta oírlo cuando me lo dices, aunque no creas necesario repetirlo.
• Enséñame a amar a Dios y a conocerlo. No importa si en el colegio me enseñan. De nada vale si veo que tú ni conoces ni amas a Dios.
Sembrar lo eterno
Todo sería un simple esfuerzo humano si no sembramos a Dios en el corazón de los hijos. Él es el fundamento que nos mantiene firmes. Él nos ayuda en el momento de debilidad. Es el brazo fuerte que nos sostiene cuando se nos agotan las fuerzas. Dios es la estrella del norte que marca la dirección correcta.
Sobre todas las cosas, debemos anhelar que Dios se revele en el corazón de nuestros hijos. Para que ellos lo conozcan es necesario que nosotros lo conozcamos primero. Dentro de cincuenta años no importará la clase de auto que conducía, la casa en la que vivía o la ropa que vestía. Es probable, sin embargo, que el mundo sea un poco mejor porque usted era importante en la vida de un niño o de una niña.
Nuestros hijos anhelan padres que marquen sus vidas. Pido a Dios que nos ayude a sembrar en el corazón de nuestros hijos recuerdos que los guíen a elegir sus propios valores y, a la vez, a escoger el estilo de vida de sus padres para, eventualmente, convertirlo en el de ellos.
Este artículo resume parte del mensaje de Sixto Porras en la conferencia
«¿Cómo enseñarle valores a los hijos?» (http://www.enfoquealafamilia.com/).
lunes, 3 de junio de 2013
Aviva Tu Corazón
“Por eso te recomiendo que
avives la llama del don de Dios que recibiste cuando te impuse las manos”
2
Timoteo1:6
Viernes 31 de Mayo...
- Hombres y mujeres avivados por el Espíritu de Dios
Sábado 1 de Junio...
- ¿Se puede buscar un avivamiento?
Sábado 1 de Junio - JÓVENES...
- Dios tiene sueños con tu vida, abre tu corazón.
Domingo 2 de Junio...
- Predicación sobre el avivamiento del movimiento metodista: raíces y desafíos
FOTOS...
Devocional
Pelea la buena batalla de la fe...
(1 Timoteo 6:12)
Esta es la victoria que vence al mundo, nuestra fe… (Juan 5:4)
Napoleón
observaba rápidamente cuál era la posición estratégica para ofrecer combate. Entonces
lanzaba todas sus fuerzas y recursos a
la conquista y conservación de aquel lugar, sin importarle el sacrificio de sus tropas.
Para
lograr conquistas espirituales, los soldados del ejército de Dios deben estar
preparados y alertas para hacer lo mismo.
“Debemos
hallar el punto de obstrucción y orar definidamente acerca de Él.
La
mente debe adquirir la convicción. La voluntad debe ponerse en juego para
realizar la acción correcta. La oración debe concentrarse sobre el estorbo, sea
cual sea, en cuanto sea revelado por Dios”.
¡Cuán
maravillosa es la oración! Oró el siervo
de Abraham y apareció Rebeca.
Jacob lucha, ora y prevalece con Cristo… y
los sentimientos vengativos de Esaú, acariciados durante veinte años,
desaparecen. Moisés clama a Dios…y el mar le abre paso. Moisés ora… y Amalec es
derrotado, Josué oró… y Acán queda en
descubierto. Ana ora… y nace Samuel.
David ora…y Anitofel se cuelga. Asa ora… y obtiene la victoria. Josafat clama a
Dios… y Dios hace huir a sus enemigos. Isaías ora… y recibe la revelación del
sueño. Daniel oró… y los leones permanecieron con las bocas cerradas. Daniel
ora… y le son reveladas las setenta semanas. Esdras ora en Acaba…y Dios
responde. Nehemías empieza una oración… y el corazón del rey se ablanda en un
minuto. Elías ora…y hay tres años y medio de sequía. Elías ora…y la lluvia
desciende nuevamente. Eliseo ora… y se abre el Jordán. La iglesia ora ardientemente… y un ángel
libra a Pedro de la cárcel.
El arma de la oración prevalece contra las
armas del mal. Trae poder. Trae fuego. Trae vida. ¡Trae a Dios mismo a nuestra
vida! No hay poder semejante al de la
oración que prevalece. Procura ser bien
definido con Dios. Atrévete a aferrarte
de sus promesas y espera en fe hasta que venga la respuesta.
¡La
victoria nos viene a través del calvario!
de “Manantiales en el desierto”
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