domingo, 24 de junio de 2012

Los beneficios de congregarse

Predica del domingo 24-junio-2012, en nuestra iglesia, por el Pastor Fabián E. Rey

Devocional del Grupo de Intercesión


   "Somos un pequeño grupo, pero qué digo pequeño: somos un gran grupo porque está el Señor con nosotros. Por eso en esa "gran" compañía, nos hacemos fuertes, y podemos pedir los unos por los otros, y en este relato de esta poderosa mujer de Dios, sentimos que la oración intercesora es tan importante".

La oración intercesora
   Esta mañana conocí a una mujer. Su rostro parecía pálido y amargado. Tenía la cabeza envuelta en un chal negro. Me parecía que con ella entraba la oscuridad a la habitación, y oré: "Señor, cúbreme con tu sangre".
   Comenzó a hablar en tono de queja, y su sermón, como buen sermón, tenía tres subtítulos. Bajo el primero de ellos había desarrollado el tema de la maldad de todas las personas, de los cristianos en especial y de los predicadores más que nadie. Bajo el segundo subtítulo explicaba su propia bondad. Hablaba respecto de sus virtudes y de las buenas obras que había realizado. Luego como conclusión, el subtítulo tercero: ¿cómo es posible que alguien diga que hay un Dios cuando una mujer buena como ella tiene que llevar una vida tan triste, con tan poca salud, en una habitación tan pequeña para pasar sus últimos días?
   Cuando hubo terminado, me miró como para decirme: "Me imagino que ahora me citará unos textos de la Biblia para convencerme". "Tengo una palabra para usted", le dije.
   Con un poco de picardía le dije: "Que el hombre sea noble, servicial y bueno". Era una cita de Goethe. La respuesta de la mujer fue inesperada: "No puedo llenar mi corazón vacío con eso". La miré sorprendida. Pero yo tenía más que decirle: "Jesús dijo: Venid a mí todos los que están trabajados y cargados, que yo os haré descansar" (Mateo 11:28). Luego le di una serie de ricas promesas de la Palabra de Dios y se realizó un milagro delante de mis ojos. La mujer escuchó con intenso deseo cada palabra, sedienta del agua de vida.
   Nunca antes había sido yo testigo de un cambio tan repentino. Cuando abandonó la habitación, yo sabía que era una mujer cambiada, una persona que había abierto su corazón a la verdad y que estaba ávida de saber más.
   Inmediatamente después de haberse ido, un caballero entró y me dijo: "Ya he esperado una hora para hablarle".
   "Lo lamento, no sabía que estaba usted aquí. Pero, de cualquier modo, me hubiera sido imposible interrumpir la conversación que mantenía".
   "No tiene importancia, -me contestó- yo no la vine a ver por ningún asunto personal. Hay en este pueblo una mujer que está en gran necesidad, y vine a pedirle que usted entrara en contacto con ella. Se ha negado a recibir a quienes tanto hemos orado por ella. Usted podrá tener éxito quizás, adonde nosotros hemos fracasado".
   "Con mucho gusto lo haré. Deme el nombre y la dirección".
   Me dio el nombre, ¡Era el de la mujer que acababa de irse de mi cuarto!
   "Esa es la mujer que estuvo aquí hace unos minutos. Usted podrá llegar a ella ahora pues está deseando saber más del Evangelio. Ustedes han orado por ella; ahora pueden dar gracias a Dios".
Relato de Corrie Ten Boom

lunes, 18 de junio de 2012

No subestimes lo pequeño

Predica del domingo 17-jun-2012, en nuestra iglesia, por el hermano Cristian De Paris

Devocional del Grupo de Matrimonios


Jeremías 38:1-13

   Ebed-Melec sacó al profeta Jeremías de la cisterna de lodo, hizo lo correcto. Podría haberse dado por satisfecho, pero fue más allá de lo correcto, se preocupó de no lastimar al profeta con las sogas y buscó trapos y ropa vieja que lo protegiera del roce de las sogas.
*¿Podés sacar la basura?
*¿Otra vez yo? ¿No me toca los lunes a mí?
*Justamente, hoy es lunes.
*¡Qué rápido pasó la semana! Ahora la saco…

   Al rato de este diálogo, se encuentra un camino formado de gotitas desde el tarro de la basura hasta la puerta de calle. Con paciencia y en silencio, o con bronca y rezongando, la persona que pidió que sacaran la basura, limpia el piso y llega a la conclusión que para que le ayuden así, es preferible hacer las cosas sin la colaboración de nadie.
*¡Esta tarde disfrutamos un montón eligiendo los portarretratos para la pieza de los chicos!
*Vos habrás disfrutado, yo no veía la hora de terminar, hubiera preferido dormir una buena siesta…

   Me imagino como habrá cambiado el gesto en el rostro de quien dijo la primera frase, desvaneciéndose toda su alegría en pocos segundos.
*¿Me acompañas a ver a estas personas? Es algo que me gustaría que hagamos juntos.
*Si ,vamos, igual no me queda otra …

   En los tres casos, el segundo involucrado hizo lo que de él se esperaba o se le pedía, hizo lo bueno. Pero, ¿cómo lo hizo?, y ¿cómo dejó a su interlocutor? Creo que ambos terminaron no felices, casi frustrados.
   En familia es donde más nos conocemos y por ende, sabemos lo que a cada uno le gusta, lo cansa, lo entusiasma o desalienta. Ocupémonos en hacer lo bueno, de la mejor forma, sin echar en cara lo que hicimos o quejarnos por lo que nos costó, esforzándonos en agradar, en la segunda milla que el Señor Jesús nos instó a que anduviéramos.

martes, 12 de junio de 2012

domingo, 10 de junio de 2012

Devocional de la Escuela Dominical


“El que recibe en mi nombre a uno de estos niños, me recibe a mí; y el que me recibe a mí, no me recibe a mí sino al que me envió” Marcos 9:37

   Como mamá, muchas veces me preocupo por cómo será mejor enseñarles a mis hijos y cómo voy a contestar algunas preguntas que puedan hacerme. Muchas veces me pregunto si hago bien algunas cosas o si me equivoco en otras. Creo que son preguntas que nos hacemos todos los padres pero, como cristiana, siempre encuentro la respuesta y paz en Cristo.
   Como toda mamá o todo papá, una de mis peticiones y agradecimientos constantes personales es por la vida de mis hijos. Muchas veces puedo apurarme a decidir y puedo equivocarme en algunas decisiones que tengo que tomar, por eso cada mañana y durante el día siento la necesidad de orar y poner cada situación en manos del Señor, para que me guíe, me llene de amor y paciencia, para que mis hijos aprendan y conozcan a Jesús a través de los ejemplos que puedo darle cada día, con cada cosa que hacemos y compartimos. Aunque a veces siento que mis fuerzas se agotan, confío y he comprobado que hasta en los peores momentos el Señor me levanta y me da fuerzas para seguir adelante, a pesar de las dificultades del día a día, a pesar de los problemas familiares, el cansancio físico o el trabajo. En este sentido, también es importante el apoyo de la Iglesia y, en especial, la Escuela Dominical nos brinda como padres, ya que los niñitos allí pueden aprender sobre Jesús, conocer a otros adultos cristianos y compartir con otros niños, sin importar su edad. Por esto mismo, la constancia de traerlos a la Iglesia es una responsabilidad que me pongo como objetivo semanal, para ayudarlos a su crecimiento espiritual.
   Los adultos debemos recordar que nuestros hijos/alumnos son hijos de Dios, quien nos bendice con el precioso regalo de ser padres o maestros, y pone en nuestras manos la inmensa responsabilidad de criarlos y educarlos. Los niños son vida nueva, son hijos de Dios a quienes debemos cuidar y enseñar con el ejemplo de Jesús.

   Que todos los días del año, todos los niños reciban el amor de Jesús a través de los adultos que los rodean.

domingo, 3 de junio de 2012

Caminando en el Espíritu

Predica del domingo 03-junio-2012, en nuestra iglesia, por el Pastor Fabián E. Rey

Devocional de la liga de menores


CORRE A ÉL Y SERÁS LEVANTADO 

   Cuantas veces podemos ver esta escena; un niño pequeño, 2 ó 3 años, que alza sus brazos y corre hacia su mamá para que ella lo levante y lo cargue ya que está cansado y sabe que en los brazos de mamá  va estar seguro, sabe que ese es el mejor lugar en el cual podía estar.

   Muchas veces en nuestra vida en vez de correr a los brazos de Aquel que nos puede levantar y dar descanso corremos en tantas direcciones, buscamos ayuda en parientes, vecinos, hermanos, gente a nuestro alrededor y por último nos acordamos de Aquel que levanta al caído y que es Poderoso para levantarnos de donde hayamos podido caer.

“Torre fuerte es el nombre del Señor; a El correrá el justo, y será levantado.” Proverbios 18:10.

   No sé en qué área de tu vida hayas caído y todavía estés postrado en el mismo lugar de hace una semana , meses o quizás años pero; tenes que saber es tiempo de que CORRAS A ÉL PARA QUE SEAS LEVANTADO , a lo mejor buscaste la ayuda de gente que te rodea y lastimosamente te defraudaron , te dieron la espalda, se burlaron de ti, confiaste en ellos y lo que hicieron fue traicionarte pero; hay una Persona la cual no te defrauda ,que está dispuesta a alivianar tu carga y hacerte descansar, ¡¡ ES JESUCRISTO !!

   Quizás has caído en tu relación con Dios, en tus estudios, en tu matrimonio, con tus hijos, con tus padres, y sabes que estás postrado en aquella mala experiencia que tuviste por una mala decisión que tomaste o porque otro hizo algo en contra tuya pero déjame decirte que Dios hoy no te dio vida para que continúes siendo víctima de las situaciones sino para que CORRAS A EL Y SEAS LEVANTADO.

   Imagínate corriendo a los brazos de Dios, abriendo tu corazón, y diciéndole, Jesús corro a ti para ser levantado. Tú conoces mi sentarme, mi andar y todo lo que viví y solo tu Mano poderosa me puede levantar. El Señor te dice  “CORRE A MI PARA QUE SEAS LEVANTADO” ya no vivas más en las mismas condiciones, no creas que es demasiado tarde; hoy podes darle un giro a tu vida y permitirle al Dios Todopoderoso que te levante de dónde has caído.

   Oremos juntos; Padre nuestro que estás en los Cielos, hoy corro a Ti; porque tu Nombre es una torre fuerte, un lugar de Refugio, un lugar donde puedo estar seguro; corro a Ti para ser levantado y nunca más andaré caído porque tú me levantas y me sostienes con tu Mano. Gracias por darnos esta seguridad. En el Nombre Poderoso de Jesús. Amén.