lunes, 24 de junio de 2013

Semblanza a nuestro hermano Tony

   Hay hombres con dolor que supieron cambiar su vida.
   Hay hombres sin sentido que encontraron su camino.
   Hay hombres que transformaron el grito y el desazón en oración y sumisión.
   Hay hombres que dejaron la amargura y el rencor para llenarse de fe y perdón.
   Hay hombres como vos, Tony, que en Cristo encontraron la razón; en Dios, la vida y en el Espíritu, la guía.
   Hay hombres como vos, Tony, que se adelantaron al Resucitado y comparten la alegría con el corazón avivado.
   Hay hombres como vos, Tony, que nos enseñaron que la perseverancia nace de la paciencia, que la oración es un don y que Jesús es el camino a la verdadera vida.
   Hay hombres como vos, Tony, que muestran al Jesús amigo y al Cristo resucitado llenando los corazones de los necesitados.

“Y cuando a tu mansión me llames ya,
Estrellas, luna y sol voy dejando atrás.
Volando alegre iré y siempre te cantaré:
¡Más cerca, Dios de ti! ¡Más cerca sí!”

“Y cuando se aproxime el fin, y llegue el tiempo de partir,
No abrigo dudas ni temor, pues me conduce el buen Pastor.
Me guía Él, me guía Él, con cuanto amor me guía Él,
no abrigo dudas ni temor pues me conduce el buen Pastor.”

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