lunes, 3 de junio de 2013

Devocional

Pelea la buena batalla de la fe...
(1 Timoteo  6:12)
Esta es la victoria que vence al mundo, nuestra fe… (Juan  5:4)
  
   Napoleón observaba rápidamente cuál era la posición estratégica para ofrecer combate. Entonces lanzaba todas sus fuerzas  y recursos a la conquista y conservación de aquel lugar, sin importarle  el sacrificio de sus tropas.
   Para lograr conquistas espirituales, los soldados del ejército de Dios deben estar preparados y alertas para hacer lo mismo.
   “Debemos hallar el punto de obstrucción y orar definidamente acerca de Él.
   La mente debe adquirir la convicción. La voluntad debe ponerse en juego para realizar la acción correcta. La oración debe concentrarse sobre el estorbo, sea cual sea, en cuanto sea revelado por Dios”.
   ¡Cuán maravillosa es la oración!  Oró el siervo de Abraham y apareció Rebeca.
    Jacob lucha, ora y prevalece con Cristo… y los sentimientos vengativos de Esaú, acariciados durante veinte años, desaparecen. Moisés clama a Dios…y el mar le abre paso. Moisés ora… y Amalec es derrotado, Josué  oró… y Acán queda en descubierto. Ana ora… y nace  Samuel. David ora…y Anitofel se cuelga. Asa ora… y obtiene la victoria. Josafat clama a Dios… y Dios hace huir a sus enemigos. Isaías ora… y recibe la revelación del sueño. Daniel oró… y los leones permanecieron con las bocas cerradas. Daniel ora… y le son reveladas las setenta semanas. Esdras ora en Acaba…y Dios responde. Nehemías empieza una oración… y el corazón del rey se ablanda en un minuto. Elías ora…y hay tres años y medio de sequía. Elías ora…y la lluvia desciende nuevamente. Eliseo ora… y se abre el Jordán.  La iglesia ora ardientemente… y un ángel libra a Pedro de la cárcel.
El arma de la oración prevalece contra las armas del mal. Trae poder. Trae fuego. Trae vida. ¡Trae a Dios mismo a nuestra vida!  No hay poder semejante al de la oración que prevalece.   Procura ser bien definido con Dios.  Atrévete a aferrarte de sus promesas y espera en fe hasta que venga la respuesta. 
   ¡La victoria nos viene a través del calvario!  


de “Manantiales en el desierto”

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