domingo, 31 de marzo de 2013

Devocional


LA RESURRECCIÓN NO ES EL MISTERIO

   Tanto se ha hablado y escrito acerca del misterio de la resurrección de Cristo. ¿Cómo es posible? ¿Habrá sucedido en realidad? ¿Qué clase de fenómeno es éste? Jesucristo es Dios, poderoso sobre todo y sobre todos. Jesucristo es esencialmente Vida. ¿Cómo podría alguien darle muerte y dejarlo en una tumba? En realidad la resurrección de Jesús es un hecho muy natural. La explicación está en estas breves palabras:

   “… porque yo pongo mi vida, para volverla a tomar. Nadie me la quita, sino que yo de mí mismo la pongo. Tengo poder para ponerla, y tengo poder para volverla a tomar.” San Juan 10, versos 17 y 18

   Dado que Cristo es Dios, la muerte nada puede, la Vida triunfa indudablemente. ¿Y qué decir de la resurrección de los cristianos? Tampoco es un misterio, ya que habiendo recibido la Vida Eterna, que es la vida divina, naturalmente resucitaremos con Él. Sigamos Sus palabras:

   “Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús mora en vosotros, el que levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales.” Romanos 8, verso 11

   Si queremos un misterio, busquemos en otra página:

   “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.” San Juan 3, verso 16.

   El misterio es el amor de Dios. El amor de Dios se muestra en la grandeza de la creación, se observa en perfección por el microscopio, se evidencia en la provisión que recibimos cada día. Pero aún más. El amor de Dios brilla más que el sol, cuando vemos a Jesús pasar por la cruz y por la tumba. Aun así sigue siendo inabarcable para nuestra mente. Aun así seguimos dudando de Él cada vez que el cielo se pone oscuro. Y otra vez el misterio del amor de Dios que nos tiene paciencia y nos espera, nos busca y nos llama de mil maneras. Que el amor de Dios encuentre respuesta en tu corazón y en el mío. Que el amor de Dios, misteriosamente, nos ayude a amar como Él nos amó.

No hay comentarios: