viernes, 8 de marzo de 2013

Devocional personal


Testimonio personal
   “Dios, Padre de Jesucristo,  a pesar de las diferencias impuestas por el ser humano”

   Doy gracias a Dios por todas las experiencias vividas el año pasado. Exploré y descubrí miles de sensaciones por medio de las cuales llegué a la conclusión que: “todos/as tenemos la posibilidad de conocer a Dios, Padre de Jesucristo,  a pesar de las diferencias impuestas por el ser humano”.
   Según mi criterio y punto de vista, los adultos como los jóvenes están muy cerrados (alguna que otra excepción hay) al entorno cotidiano. “No quieren salir del mundo fantástico de Walt Disney al mundo real”: “La droga, la inseguridad, el robo, la pobreza, la violencia, la discriminación, el acoso sexual, el maltrato de género (tanto del hombre como de la mujer), la explotación infantil, etc.”. Si bien nos hacemos llamar “Cristianos” pocas veces (y me tomo el atrevimiento a decir que nunca) combatimos desde nuestro lugar como Iglesia lo antes mencionado; ¡Pero sí!, le pedimos a Dios por cambios que Él nos llama a asumir nuestro compromiso. Les aclaro que NO estoy subestimando el poder de Dios, solo digo que NO HAY CAMBIOS SI NO NOS MOVEMOS, en caso contrario, que sea en unidad acompañada de Fe.
   Últimamente estuve en contacto con los hermanos de la Iglesia “El Nazareno” de Bº Malvinas (situada en calle Junín al 700 entre J. Canning y Sta. María de Oro). Ellos emprendieron la tarea de evangelizar para Semana Santa y Navidad en el Parque Scalabrini Ortiz por medio de la actuación. También algunos jóvenes fueron a Betel (Iglesia situada en Granadero Baigorria) a evangelizar y dar apoyo escolar. Si bien no pude ir los sábados por cuestiones laborales, pude asistir para colaborar en la organización de la fiesta de Navidad.
   Creo que la congregación (o su mayoría) sabe que nací en el entorno de una familia Católica (en el cual fui bautizado, comulgado y confirmado). Hasta el día de hoy estoy en contacto con la Iglesia Católica por tareas de ayuda. Ahora soy miembro de la iglesia.
   Por ello, tenemos que aprender que no importa a que Iglesia estemos asistiendo (sea Católica o Protestante), sino que busquemos al mismo Dios Padre de Jesucristo, ya que tenemos una tarea en común: ayudar al hermano que necesita y transmitir la historia de nuestro Salvador a quien todavía no la oyó (como hace referencia el Himno 387 “Grato es contar la Historia”); para eso tenemos que ser un cuerpo en unión fraternal / espiritual en buen funcionamiento (les hago una comparación para que puedan entender a lo que me refiero):
   Un piano está compuesto por miles de partes (grandes, pequeñas, visibles y no visibles) todo eso está dentro de un mueble que las contiene y, cuando están bien cuidadas, es notable su buen funcionamiento y es placentero poder ejecutarlo y escucharlo; pero cuando algo anda mal, o se rompe algún elemento, deja de funcionar correctamente causando que las cuerdas se desafinen y, si están mal tensionadas, que se quiebren; las teclas dejan de funcionar correctamente porque las polillas se comen el fieltro de los martillos pasando a ser teclas muertas y la madera del mueble se humedece dando como consecuencia la corrosión de las cuerdas junto con el arpa que las tensiona (entre otras cosas).
   No seamos ese piano en mal estado; no dejemos que nadie pase a ser una de esas “teclas muertas” y hagamos cosas para quien más necesite, uniéndonos con hermanos para emprender la tarea de llevar el mensaje de nuestro Salvador.
   “Porque cuando están dos o tres reunidos en mi nombre, allí estaré yo en medio de ellos” (Mateo 18:20)
Diego Ariel María Schienke Oste García

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