Devocional del Grupo de Mujeres

¡Qué gran privilegio es tener una personalidad cristiana propia por muy humilde que sea! ¡Qué gozo de saber que Dios usará esa personalidad así como usará otras personalidades para alcanzar a otros individuos. En ti hay una leve variación en el ángulo, como en las joyas. Y ¡eso permite que algunos hombres vean la luz! Hay una leve variación en ti, como la que hay en las especias aromáticas, y he aquí, alguien percibe en ti la fragancia de Cristo.

-------------------------------------------------------------------------------------


Leyendo la Biblia, encontramos mujeres de distintas clases sociales que servían a Dios. Quiero brevemente hablar de algunas de ellas.

Rahab, una mujer de mala reputación, creyó en Dios después de conocer sus obras y su poder maravilloso; ella ayudó a dos espías para que puedan entrar en la ciudad de Jericó, y contribuyó a los planes de Dios.
La mujer samaritana junto al pozo de Jacob. Fue la escena de un encuentro conmovedor y personal con Jesucristo, ella finalmente creyó y enseguida testificó de Él.
María y Marta con su hermano vivían en Betania; eran muy distintas, pero Jesús las amaba y ellas creían en Jesús como el hijo de Dios.
Sara, una mujer de fe, no era perfecta y cometió equivocaciones; pero podemos aprender mucho de su ejemplo de fe y obediencia.
Abigail, era una mujer de acción; estaba casada con un borracho, pero no sentía odio ni resentimiento; era pacífica y buscaba la paz.
Débora no sólo fue una mujer de gran fe e inteligencia, sino también de acción. A tal punto que aceptó una posición de líder en la batalla.
Lidia fue la primera convertida de Europa; después que su corazón aceptó a Jesús, su hermosa casa fue abierta a las misiones.
Priscila tuvo la oportunidad de conocer la Palabra de Dios, de Pablo mismo. Cuando Pablo partió a Éfeso, Priscila y Aquila fueron con él, y se hicieron cargo de la iglesia allí, cuando Pablo se marchó.
Cuántas más: Ana, Rebeca, Eva, Rut, y tantas otras que se mencionan en la Biblia, que nos dejaron una enseñanza para nuestras vidas.

Que el Señor nos aumente la fe para poder servirle mejor, como mujeres cristianas y para dar testimonio de su amor hacia nosotras.