domingo, 22 de abril de 2012

Devocional de la Escuela Dominical

   El año pasado los maestros de la Escuela Dominical estuvimos orando mucho por los niños que asistían a la misma y por aquellos que teníamos en nuestro corazón. A fin de año se les regaló una taza donde decía: "Y … creció y el Señor lo ayudó y no dejó de cumplir ninguna de sus promesas".
   Estamos seguros que el Señor seguirá transformando la vida de cada uno de estos niños pero también como maestros queremos seguir mostrándoles otras promesas que El nos dejó para cada una de nuestras vidas.
   Si pensamos por un momento que somos tazas y debemos llenarla con lo mejor para nuestras vidas, podemos hacer como lo hicieron en este último tiempo los niños con este desafío de aprender los YO SOY de Jesús que nos relata el libro de Juan, que en cada clase mediante dibujos, manualidades y juegos fueron aprendiendo de memoria cada cita. Así se sintieron incentivados y desafiados a continuar para llegar a la meta es decir a poder memorizar cada una de ellas.
   Nosotros quisimos, los maestros, que nuestras tazas se llenaran con lo más precioso que podemos darle la Vida de Jesús. Y El nos enseñó en un “YO SOY el camino, la verdad y la vida nadie viene al padre sino por mí”; sabiendo también que dijo “YO estoy a la puerta y llamo, si oyes mi voz y me abre entraré en tu casa y cenaré contigo”.
   Este es nuestro deseo que todos los niños y adolescentes puedan llegar a abrir su corazón al Señor y así puedan tener y vivir una vida plena y abundante como la que Jesús nos propone.
   Y seguimos confiados que el Señor seguirá añadiendo a su camino, y nosotros debemos seguir trabajando y sirviendo teniendo la seguridad que si instruimos al niño en el camino correcto, aún en su vejez no lo abandonará.
   Que Dios los bendiga.

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