viernes, 2 de marzo de 2012

Devocional de la Escuela Dominical


“Instruye al niño en el camino que debe andar, y aun cuando sea viejo no se apartará de él.” (Proverbios 22:6) 

   ¿Qué significa la palabra “Instruir”?: Comunicar conocimientos, habilidades, ideas, experiencias a una persona que no las tiene, con la intención de que las aprenda. 
   Si pensamos en desde qué momento hemos empezado a recibir todas estas cosas, nos daremos cuenta que desde bebés, ya que hemos sido instruidos de distintas maneras y estímulos. 
   Pero en ese camino de recibir, hemos podido adquirir cosas positivas o negativas. 
   Los niños o niñas son como una esponja. Ahora podríamos decir también como un paño absorbente, ya que para ellos todo es normal o natural lo malo o lo bueno, depende de los mayores en ver qué cosas son las que les enseñamos y, de esa forma, tratar de guiarlos a lo bueno. 
   Hoy en día, es tanta la tecnología que nos rodea y que está al alcance de ellos también, que es muy importante ver de qué manera la misma podría ser de utilidad para sus vidas, lo cual redundará en su propio beneficio desde el mismo momento en que empiezan a ponerla en práctica en y por medio de sus vidas. 
   Así como desde pequeños nos enseñaron a hablar, a sonreír, a pedir, a confiar, a caminar, a estudiar, a compartir, a escribir, a ordenar y tantas cosas más, qué bueno sería que todas estas enseñanzas, y otras más, podamos relacionarlas con nuestra vida y la de ellos, y con las cosas que Dios quiere que podamos vivir y disfrutar junto a Él. 
   Si cada día que pasa habláramos más de las cosas que Él desea para nosotros, si aprendiéramos a sonreír más en lugar de tanto discutir o estar mal, si aprendiéramos verdaderamente a pedir a Dios con la capacidad de llegar a aceptar como respuesta hasta aquello que no nos guste, nuestras vidas tendrían otro sentido. 
   Vivimos desconfiando de todo y de todos, y eso muchas veces nos lleva, hasta sin darnos cuenta, a no confiar en aquel que es el dador de todo lo que somos y se lo llegamos a trasladar a nuestros niños e hijos. 
   Qué lindo cuando vemos a un bebé empezar a caminar luego de las enseñanzas, y el empeño que se puso para que lo pudiera lograr. Dios quiere que por medio de sus enseñanzas nosotros también nos larguemos cada día, sin rodeos, a caminar más y más con Él, y que eso también se lo enseñemos a los niños. 
   Intentemos formar hogares donde la presencia del Dios de la vida, del amor, y no el que nos castiga, sea el que se palpe y manifieste. Al igual que en la vida de la Iglesia, ya que la misma es un gran hogar. 
   Las esponjas o los paños absorbentes cumplen su función, absorben lo limpio y lo sucio. ¡Cuánto nos cuesta sacarle lo que lo engrasó o contaminó! 
   A nuestros niños y a cada ser humano le cuesta muchísimo también desprenderse de algo malo una vez que lo ha absorbido. 
   Como dice su palabra si buscamos y nos instruimos de Dios desde niños, llegaremos a viejo tomados de Él.


1 comentario:

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