viernes, 16 de marzo de 2012

Devocional del Grupo de Hombres

FUNCIONA BIEN

Del derecho y del revés. Del anverso y del reverso. Juego con estas frases acordándome de que el otro día saqué las dos hojas de la ventana del comedor y cuando volví a colocarlas casi me equivoco. Se montan de una sola manera, de lo contrario no corren o no traban.

En cambio la oración funciona bien tanto del derecho como del revés. La oración a Dios funciona en toda circunstancia. Recordemos a Jonás orando en el vientre de un gran pez. Estaba atrapado en el fondo del mar y no le quedaba ya ningún recurso de salvación. A veces, nos encontramos en problemas y no vemos ninguna salida, ningún recurso a la mano, pero podemos orar, y la oración, según mi experiencia, funciona.

Ahora recordemos a Jesús próximo a morir. ¡Cómo se angustiaba por ese conocimiento anticipado de la cruz  y por esa conciencia tan clara de lo que implicaba cargar con el pecado de la humanidad! Pero Jesús es Dios y él tenía muchos recursos al alcance de su mano. Podía llamar en su auxilio a legiones de ángeles, podía confundir el pensamiento de esos hombres que lo amenazaban, podía alargar o acortar los días, producir un terremoto y mil cosas más. Pero no usó ninguno de sus increíbles recursos. No hizo nada más que orar. “Padre, pase de mí esta copa, pero hágase tu voluntad”.

A veces nos alentamos y hasta nos enorgullecemos de disponer de recursos importantes para defender nuestra vida. Pero tal vez (se necesita buen discernimiento en estos casos) no deberíamos usarlos. Supongamos que me acusan injustamente. Yo tengo las pruebas para demostrar mi inocencia pero, tal vez, no debería usarlas, sólo debería orar. Supongamos que tengo un buen auto, una máquina veloz para alcanzar a esa persona que se ha fugado después de estafarme. Pero, tal vez, no debería usar el auto, porque incluso podría sufrir un accidente manejando en estado de ira. Dice la Biblia que “la ira del hombre no obra la justicia de Dios”. Nuestras manos no son tan hábiles, nuestra lengua no es tan oportuna, pero la oración siempre funciona bien. Dios no falla y los que lo buscan y confían en Él recibirán una bendición más grande que lo que alcanza nuestro cálculo o nuestro deseo.

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