domingo, 8 de enero de 2012

Devocional del Grupo de Matrimonios

“El que habita al abrigo del Altísimo, morará bajo la sombra del Omnipotente.”
Salmos 91: 1

     De todo corazón anhelamos que esta sea una realidad en nuestras vidas y para toda nuestra familia siempre, y al comenzar un nuevo año, en forma especial para el 2012.

     Disfrutamos muchísimo el viajar, conocer nuevos lugares, distintas costumbres, saborear otras comidas, o descansar y vacacionar en los sitios que nos encantan. Pero como dice un antiguo y conocido himno: “a todos yo prefiero, mi hogar, mi dulce hogar”.
     ¡Qué encanto particular, único, tiene el estar en casa! ¿Quién no anhela ese precioso momento de “llegar a casa”, de estar en su lugar, de “ponerse cómodo”, relajarse, sacarse el uniforme, los zapatos, dejar los libros, la cartera, el portafolio, la netbook, los paquetes, etc.? Es tan cotidiana, y a la vez especial, esa sensación de placer de soltar las llaves y saberse “en casa”. Y puede haber colchones mejores que el nuestro, pero ese es el que necesitamos, y lo mismo con la mesa, el sillón, la intensidad de la luz, la heladera y sus provisiones, e imposible dejar de mencionar el baño. Porque no interesan los lujos o las carencias, las incomodidades o comodidades, el buen o mal gusto, el valor se lo da el hecho que es ”nuestra habitación”, el lugar donde habitamos, el que sabemos nuestro refugio, donde podemos reponernos para nuevamente enfrentar otro día y todos sus afanes.
     Por eso es que deseamos que nuestra habitación, nuestro hogar, nuestra casa, sea al abrigo del Altísimo y que nuestra morada (permanente, no de paso) esté bajo la sombra del Omnipotente. Que estando en Dios, estemos en casa (tal cual lo expresa otra conocida canción), cómodos, relajados, seguros, confiados, protegidos, libres de toda carga y por sobre toda sensación, sabernos “AMADOS”.
    
     Abrigo y sombra, que nos da quien todo lo puede, Aquel que todo resuelve, quien transforma en bendición todo lo que nos ocurre.

     Por esto al comenzar un nuevo año, renovamos nuestro compromiso, y con la ayuda de Dios decimos: ¡¡¡Yo y mi casa serviremos al Señor!!!    Josué 24:15

1 comentario:

Noemi dijo...

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BENDICIONES