HAGAMOS UN ÁRBOL DE
NAVIDAD
Dios es
bueno. A medida que vamos concluyendo las actividades anuales, vamos haciendo
un balance de lo vivido en el 2011. ¿Se fijaron cuántas veces escuchamos en
estos días la expresión “Dios es bueno”?
En un
shopping vi un adorno navideño que representa un árbol pero lo formaron
haciendo una gran pirámide de esferas doradas. Hagamos, ahora, solo de forma
imaginaria, un árbol como ése, pero al colocar cada bolita dorada y brillante
estaremos testimoniando que Dios respondió una oración especial que le hicimos
este año.
Naturalmente,
las esferas más grandes (las oraciones más atrevidas) van en la base. Esta
esfera tan grande me recuerda a la curación de Sofía. Esta otra es el regreso
de un hijo. Pongamos otra más, porque después de tanta resistencia de mi alma,
fui capaz de perdonar.
Y ahora
sigamos con las medianas. Una por el trabajo conseguido, otra por el éxito en
los exámenes, otra por la compañía del Señor en el viaje. Por lo que estamos
aprendiendo juntos, por lo lindo que es cantar a Dios, por cómo progresan los
jóvenes.
Pero… ¿Qué
haremos con las respuestas negativas? … A veces, con el tiempo, nos damos
cuenta de que fue mejor así, porque los NO de Dios son para nuestro bien.
Entonces coloquémoslos en el árbol. ¿Y… las respuestas que aún estamos
esperando? Dice la Biblia
que las promesas de Dios son seguras, así que agreguemos esas esferas también.
Hemos
armado un árbol dorado y brillante. ¿Dónde podríamos colocarlo? Servirá para
recordar la fidelidad de Dios, como el Salmo 103. Servirá para recordar el
poder gigantesco de Dios, como vemos en Jeremías 20.11. Servirá para que cuando
oremos, no estemos inciertos, dudosos, no estemos apoyándonos en cálculos
humanos. Servirá para que nuestra fe esté fundada en el poder de Dios (1
Corintios 2.5) El lugar más apropiado para este árbol es el centro de tu vida,
de mi vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario