viernes, 9 de diciembre de 2011

Devocional del Grupo de Oración e Intercesión


HAGAMOS UN ÁRBOL DE NAVIDAD

Dios es bueno. A medida que vamos concluyendo las actividades anuales, vamos haciendo un balance de lo vivido en el 2011. ¿Se fijaron cuántas veces escuchamos en estos días la expresión “Dios es bueno”?

En un shopping vi un adorno navideño que representa un árbol pero lo formaron haciendo una gran pirámide de esferas doradas. Hagamos, ahora, solo de forma imaginaria, un árbol como ése, pero al colocar cada bolita dorada y brillante estaremos testimoniando que Dios respondió una oración especial que le hicimos este año.

Naturalmente, las esferas más grandes (las oraciones más atrevidas) van en la base. Esta esfera tan grande me recuerda a la curación de Sofía. Esta otra es el regreso de un hijo. Pongamos otra más, porque después de tanta resistencia de mi alma, fui capaz de perdonar.

Y ahora sigamos con las medianas. Una por el trabajo conseguido, otra por el éxito en los exámenes, otra por la compañía del Señor en el viaje. Por lo que estamos aprendiendo juntos, por lo lindo que es cantar a Dios, por cómo progresan los jóvenes.

Pero… ¿Qué haremos con las respuestas negativas? … A veces, con el tiempo, nos damos cuenta de que fue mejor así, porque los NO de Dios son para nuestro bien. Entonces coloquémoslos en el árbol. ¿Y… las respuestas que aún estamos esperando? Dice la Biblia que las promesas de Dios son seguras, así que agreguemos esas esferas también.

Hemos armado un árbol dorado y brillante. ¿Dónde podríamos colocarlo? Servirá para recordar la fidelidad de Dios, como el Salmo 103. Servirá para recordar el poder gigantesco de Dios, como vemos en Jeremías 20.11. Servirá para que cuando oremos, no estemos inciertos, dudosos, no estemos apoyándonos en cálculos humanos. Servirá para que nuestra fe esté fundada en el poder de Dios (1 Corintios 2.5) El lugar más apropiado para este árbol es el centro de tu vida, de mi vida.

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