martes, 28 de mayo de 2013

Aviva tu corazón - Evento!

Pastores/as
Congregaciones
Queridos/as hermanos/as
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Queremos compartir con Uds. e invitarlos/as a un Encuentro que realizaremos el fin de semana viernes 31 de mayo, sábado 1 y domingo 2 de junio con la temática:

AVIVA TU CORAZÓN
Por eso te recomiendo que avives la llama del don de Dios que recibiste cuando te impuse las manos” 2 Timoteo1:6

con el pastor Rubén Amestoy (actualmente pastor bautista en Córdoba y doctor en Teología en ISEDET, docente en varios seminarios de temas relacionados a la historia de la iglesia y los avivamientos)
Esto es en el marco de un Plan de Desarrollo Congregacional que hemos armado como iglesia, centrado en dos ejes: Evangelización y Discipulado, y Vida Congregacional:

PROGRAMA

Viernes 31/5 a la noche 20 hs.

1.   Hombres y mujeres avivados por el Espíritu de Dios
Historias testimoniales de hombres y mujeres que llenos del Espíritu de Dios fueron instrumentos para un avivamiento. Reflexiones para nuestro tiempo.

Sábado  1/6  - 9.30 a 12.30 hs.

2.   ¿Se puede buscar un avivamiento?
Ejemplos de cómo sucedió en la historia, que impacto tuvo en la iglesia y que consecuencias produjo en la sociedad.
Que principios podemos tomar para nuestro tiempo.
-      Momento de ministración. Oración y adoración.

Sábado a la noche con los Jóvenes

3.       “AVIVA TU CORAZÓN”
Dios tiene sueños con tu vida, abre tu corazón.
 
Domingo 2/6  10 hs. CULTO

4.   Predicación sobre el avivamiento del movimiento metodista: raíces y desafíos
Sus énfasis principales para la vida de la iglesia.


Oremos para que sea un gran tiempo de bendición.
Los saludamos en el amor de Cristo,


Fabián E. Rey
Pastor

lunes, 27 de mayo de 2013

domingo, 19 de mayo de 2013

La bendición de recordar

Predica del domingo 19-mayo-2013, en nuestra iglesia, por el hermano Cristian De Paris

Devocional


“No con ejército ni con fuerza, sino con mi espíritu, ha dicho Jehová” Zacarías  4:6

   No puedo siempre comprender los caminos por los que DIOS me conduce. El por qué, el cuándo y el dónde son con frecuencia un misterio. Pero puedo confiar en su sabiduría, y sé que su camino es el mejor; su corazón es misericordioso, y en su amor descanso.

   Parado a orillas de un  río, observé los remolinos cercanos a la ribera. El remanso hacía que el agua hiciera su recorrido río arriba a lo largo de la ribera. Mi primera impresión fue que el río estaba corriendo en sentido inverso al que le correspondía, pero cuando miré hacia la corriente principal vi que seguía su camino directamente hacia el mar.
   DIOS, con toda su fuerza y el poder que tiene a su disposición, trabaja de esta misma manera. Sus realizaciones silenciosas son serenas, indirectas, profundas y lentas en apariencia, de modo que tenemos que explorarlas para poderlas comprender y apreciar en su verdadera magnitud. En silencio, pero confiadamente mueve sus obras maravillosas día tras día. En las experiencias cotidianas, en el trabajo, en la iglesia y en la sociedad, DIOS da a veces la impresión que estuviera sufriendo una derrota y que los movimientos de su gracia y providencia  fueran fracasos de modo que todos sus planes están trastornados y todo resulta en el sentido inverso del que quiere darle.

   Uno tiene que quitar la vista de la orilla, de los remolinos de la frustración del presente, y fijarla en la corriente completa del propósito de DIOS para su pueblo, para darse cuenta que Él siempre está ganando las batallas por métodos  silenciosos y difíciles de comprender.
   DIOS obra por medio de los individuos. Conquista  un corazón y por medio de ese corazón derrama su propósito como un río. DIOS  realiza sus conquistas por medio de los santos  que permanecen en absoluta dependencia de Él, hacen que vivan por fe. En su programa no hay lugar para el YO. Todo está destinado a CRISTO.  Sus hijos  tienen éxito cuando son lo que los escépticos piensan es un fracaso. Vencen a sus enemigos por medio del amor. El resto lo dejan al cuidado de DIOS. El señor sale siempre vencedor. Él sigue haciendo sus maravillas entre los telones y bajo la superficie de las aguas rugientes.

(De Manantiales en el desierto)

domingo, 12 de mayo de 2013

Iluminados por el Espíritu de Dios

Predica del domingo 12-mayo-2013, en nuestra iglesia, por el hermano Gabriel Vazquez

Devocional del Grupo de Oración


   “También les refirió Jesús una parábola sobre la necesidad de orar siempre, y no desmayar.” Lucas  18:1

   La tentación más común en la vida de intercesión es la falta de perseverancia. Empezamos a orar por cualquier cosa; hacemos nuestras peticiones un día, una semana, un mes; y si no recibimos una respuesta definitiva, inmediatamente desmayamos y cesamos de orar por aquello. Esto es una falta mortal. Ello es simplemente la trampa de muchas cosas que empezamos y no terminamos. En todas las esferas de la vida, esto es desastroso. El hombre que adquiere el hábito de empezar las cosas y dejarlas sin terminar, forma el hábito del fracaso. El hombre que empieza a orar por una cosa y no persiste hasta obtener la respuesta que desea, ha formado el mismo hábito en la oración. Desmayar, es fracasar. Entonces la derrota engendra desaliento e incredulidad en la realidad de la oración, lo cual es fatal para obtener cualquier éxito.
   Algunos dicen: -“¿Durante cuánto tiempo tenemos que orar?”- “¿No venimos a un lugar donde podemos cesar de orar y dejar el asunto en las manos de DIOS?”
   Sólo hay una respuesta. Ora hasta que las cosas qué pides se te han concedido o hasta tener la seguridad en tu corazón de que se te  concederá. Cuando tenemos esta convicción es cuando podemos cesar de orar; porque la oración no consiste solamente en hablar con DIOS, sino que es también una lucha con Satanás. Y puesto que DIOS  usa nuestra intercesión como un factor poderoso en la victoria de esa lucha, EL sólo y no nosotros, debe decidir  cuándo podemos cesar  de hacer nuestras peticiones. Así que no debemos osar el dejar nuestra oración, hasta que recibamos la respuesta o tengamos la certeza de que vamos a recibirla.
   En el primer caso, cesamos de orar porque  podemos ver que es una realidad. En el segundo caso, no continuamos orando porque creemos y la Fe  de nuestro corazón nos da la misma seguridad de que lo que esperamos es tan cierto como si lo estuviésemos viendo.
A medida que progresamos en la vida de oración, llegamos a experimentar y reconocer más y más la seguridad que DIOS nos da y a conocer cuando debemos reposar tranquilamente en la misma, o continuar haciendo nuestra petición hasta recibirla.

lunes, 6 de mayo de 2013